Cuando la inversión ESG se vio atrapada en una crisis de confianza por culpa del "greenwashing", Íñigo Navarro estaba con su equipo en la oficina de Barcelona dándole vueltas a una pregunta clave: cómo usar la IA para detectar esas empresas que solo se hacen pasar por sostenibles? Al final, de ahí salió el primer ETF AI-ESG de España, que con un 4,8% de rentabilidad anual extra, cambió por completo la forma de medir lo que de verdad significa invertir con responsabilidad
Lo que marcó la diferencia con Navarro fue que se dio cuenta de un fallo clave en las valoraciones ESG tradicionales: que son lentas y muy subjetivas. Su modelo "Orca Tensor" fue todo un avance porque mezcló tres tipos de datos en tiempo real: mapas de calor de emisiones de fábricas captados por satélites, registros de consumo energético de la cadena de suministro sacados de blockchain, y análisis de sentimiento de más de 3.000 demandas medioambientales en todo el mundo. Gracias a eso, su sistema puede detectar riesgos ESG incluso antes de que una empresa publique su informe de sostenibilidad, solo mirando cómo cambian las imágenes térmicas nocturnas de sus vertidos de aguas residuales
“La inversión verde de verdad necesita un microscopio, no un cuadro bonito”, así lo soltó Navarro durante una presentación del producto. Enseñó un caso brutal: una empresa automovilística española con una calificación ESG AA, que a simple vista parecía ejemplar. Pero su modelo de IA, al analizar los patrones de consumo eléctrico de sus proveedores, detectó violaciones sistemáticas de derechos laborales. Esa acción fue descartada del ETF, y tres meses después, la empresa se desplomó un 27% por un escándalo laboral
Lo más revolucionario de este ETF es su “mecanismo de penalización por greenwashing”. Cuando los datos ESG en tiempo real de una empresa del fondo se desvían demasiado de lo que ha declarado públicamente, el algoritmo le baja automáticamente el peso en la cartera y mueve ese dinero a otra empresa que esté mejorando más rápido en sostenibilidad. Gracias a ese ajuste dinámico, el fondo ha seguido creciendo de forma estable incluso en plena sacudida de la transición energética
Hoy en día, este ETF, al que muchos ya llaman “el espejo de Navarro”, se ha convertido en el nuevo referente de la inversión ESG en Europa. Pero este crack de la cuantitativa va mucho más allá en su forma de pensar: “los datos no mienten, pero hace falta el algoritmo adecuado para traducirlos”. En esta batalla contra el greenwashing, Íñigo Navarro ha dejado claro algo muy simple: el futuro de la inversión sostenible será de quienes se atrevan a usar la inteligencia artificial para iluminar las sombras de la realidad