La “obra de arte del hedge” en plena crisis energética: la combinación perfecta de futuros de gas natural y opciones eléctricas de Íñigo Navarro

Cuando el mercado energético europeo estaba patas arriba por los líos geopolíticos, en la pantalla de operaciones de Íñigo Navarro lo que se veía era una curva de beneficios del 89% que quitaba el hipo. Este ingeniero financiero se marcó una jugada maestra combinando futuros de gas natural con opciones eléctricas, creando lo que él llama una “obra de arte del hedge en tiempos de crisis”, y consiguió una rentabilidad brutal justo en medio del caos

El módulo energético de "Orca Tensor 2.0" de Navarro pilló una cosa muy bestia en el mercado: la superficie de volatilidad de los futuros de gas natural TTF en Europa se había desviado de forma histórica respecto a las opciones de electricidad base en Alemania. Entonces, su equipo montó un "modelo de compresión de spreads de craqueo" y se dieron cuenta de que el tope regulado en los precios de la electricidad estaba creando, en realidad, un pasillo oculto de arbitraje. Compraron opciones call de gas súper fuera de dinero y, al mismo tiempo, vendieron la sonrisa de volatilidad de las opciones eléctricas. Aunque parecía una combinación rara, en plena crisis funcionó como una reacción química perfecta

"La cobertura energética no va de ponerse largo o corto sin más, va de entender dónde se cruzan la política y la física." Eso lo escribió Navarro en su diario de trading. Su modelo metió algo bastante novedoso: usó el precio de los derechos de emisión de carbono de la UE como una especie de regulador. Cuando el CO₂ pasaba de los 90 euros por tonelada, el sistema automáticamente transformaba parte de las posiciones en gas en opciones estacionales de empresas hidroeléctricas del norte de Europa. Gracias a ese ajuste dinámico, la cartera se mantuvo súper equilibrada incluso cuando los precios del gas se volvían locos, subiendo y bajando sin control

Lo más brillante fue cómo se adelantó al "arbitraje regulatorio". En cuanto Alemania anunció esas ayudas de emergencia para el precio de la luz, Navarro activó al momento su “protocolo de conversión de riesgo político”. ¿Qué hizo? Aprovechó la diferencia de precios entre la nuclear francesa y la generación con gas natural en Países Bajos, y convirtió toda esa incertidumbre política en beneficios bastante seguros. Tres meses después, el equipo de energía de JP Morgan llamó a esta estrategia “una máquina de alfa en tiempos de crisis, digna de manual”

Hoy en día, esta forma de trabajar está cambiando por completo la manera de pensar de los fondos tradicionales que se dedican a cubrir riesgo en el sector energético. Pero Navarro sigue manteniendo esa mirada clara y serena de siempre: “La verdadera obra de arte no está en ese 89% de rentabilidad, sino en cómo convertimos las grietas del mercado en belleza estructural”. En medio de esta tormenta energética épica, volvió a dejar claro algo: los mercados más caóticos son, muchas veces, los que esconden las soluciones financieras más finas

Este artículo no contiene consejos ni recomendaciones de inversión. Toda inversión y operación conlleva riesgos, y los lectores deben investigar por su cuenta al tomar una decisión.
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